En esta postura que nos permite dar energía, lo más importante es la intención y el estado que uno tiene al practicarlo, porque si no, uno no está realizando la transmisión de la energía del universo.
Al no tener símbolos, la técnica depende directamente de nuestra propia práctica, de nuestra propia atención, el objetivo fundamental es reconectarnos al auténtico ser de cada uno, a nosotros y al que lo recibe.
No es una técnica para que se le cure una determinada dolencia al receptor, sino que es una técnica para limpiar, desbloquear meridianos y para purificación. Esta conexión, es una posibilidad de sanación muy importante; porque reconecta a la persona, con su propio centro y la energía universal; por eso tenemos que estar en un estado de compasión plena, donde la preparación debe ser importante, desarrollada y consciente.
Uno debe estar en su centro, actuar compasivamente y no tiene que haber ningún pensamiento como, por ejemplo: lo que tenemos que pagar, etc. eso es una responsabilidad de uno antes de la práctica.
Como cada uno va a recibir lo que necesite en ese momento, cada persona va a vivenciar cosas distintas; es una técnica desapegada, donde la energía inunda el cuerpo y ayuda al máximo a la otra persona, y nosotros no necesitamos pensar en lo que la persona necesita.
Nuestra preparación puede ser de dos formas:
a) Kenyoku ó
b) Manos en el hara inferior recitando
el kotodama del símbolo 4, hasta que sintamos que ya está (las manos en esta
postura son para más atención).
c) Vamos a la postura gassho y
comenzamos
En esta técnica uno está quieto, pero están sucediendo cosas maravillosas porque estamos reconectando a la persona con su propio centro y la energía universal; obteniendo una purificación muy importante porque acá estamos desapegados y no hay posibilidad de interferencias, por lo tanto, trasmitimos Reiki puro y por eso en algún momento vamos a sentir las olas de Rei (REIHA).
La REIHA activa todos los canales de energía; hasta el último, revitalizando todos los órganos; realizando una gran purificación espiritual; ya que reconectamos a la persona con la energía mayor.
Después de esto podemos hacer posiciones puntuales de las manos, para nosotros, lo podemos hacer acostados porque nos va a resultar más cómodo.
Siempre hay que tener en cuenta algo muy importante: una mano va sobre la coronilla y con la otra realizamos el gesto Chin: el dedo índice y el pulgar se unen generando un círculo y el resto de los dedos deben quedar hacia abajo; se hace siempre en el lóbulo de la oreja izquierda (los dos dedos se unen en el punto donde se engancharía un aro).
Esta es una de las técnicas más puras de Reiki y puede practicarse a diario, recitando los principios Reiki (Gokai).
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