En Japón gozar de buena salud se
traduce con tener buen ánimo y un espíritu vigoroso, mientras que un estado de
salud débil se considera como una declinación ó como una pérdida espiritual y
las primeras enseñanzas de Usui trabajaban con el espíritu.
Ki suele traducirse describirse
como: energía, energía universal ó energía de la fuerza de vida
El Ki es una energía que no puede
medirse ni contenerse, pero se puede cultivar y experimentar a través de la
práctica de Reiki, éstas técnicas afectarán nuestras vidas y a su vez
permitirán que el Ki fluya con mayor libertad y facilidad a través nuestro.
Podemos damos cuenta que ésta conexión está siendo cultivada a través de mayor:
paciencia, tranquilidad, aceptación, conocimiento interior y humildad.
Los dos componentes primarios del
universo son el Ki de la Tierra y el Ki del Cielo, de la unión de éstas dos
fuerzas nacen todas las cosas y para alcanzar un estado de equilibrio en la
vida, es necesario que éstos elementos estén en equilibrio entre ellos.
El Ki de la Tierra representa el
cuerpo y el Ki del Cielo representa la mente y para ver la conexión entre los
dos el cuerpo se refleja en la mente y que nuestro modo de pensar y de sentir
se refleja en nuestra postura y acciones físicas.
Juntos cuerpo y mente no crean
solamente una sensación de equilibrio sino que estimulan un tercer componente
primario, que es el Ki del Corazón, estos tres elementos forman los tres
diamantes, éste diamante es tan filoso que puede cortar casi todo aquello a lo
que nos aferramos y nos trae devuelta la esencia misma de la vida.
Ki de la Tierra
A
unos 8 cm por debajo del ombligo (hara) se ubica el centro simbólico del Ki de
la Tierra; éste contiene nuestra energía original, es la energía con la que
nacemos. La función del hara es ofrecerle al practicante la base donde
desarrollar el Ki. El Ki que emana de la tierra es pesado, poderoso y afirmado,
es una fuerza que ofrece fortaleza física y mental. Estar afirmado significa
sentirse fuerte, seguro y a salvo. Al trabajar con la conexión de nuestra
energía de la tierra, se desarrolla la perseverancia y se estabiliza la mente,
los pies se plantan con firmeza en la tierra, en una postura segura y estable,
ayudando a manejar emociones tales como el miedo, la incertidumbre y la baja
estima.
Para
percibir el Ki de la Tierra, podemos efectuar el siguiente ejercicio:
-
pararnos en una posición
relajada pero consciente
-
los pies separados a una
distancia del ancho de las caderas
-
enfocar la conciencia en el
centro de la tierra
-
imaginar que nuestro cuerpo
se hunde hacia el centro de la tierra
-
visualizar el centro de la
tierra frente a nosotros
-
de manera intuitiva
conectarse con el centro de la tierra mediante nuestro hara
- respirar de manera lenta y
regular, al inhalar sentimos la energía de la tierra ingresando por nuestro
hara, mantener esa conexión mientras liberamos lentamente el aire
Repetir nueve veces la inhalación y exhalación, para conectarnos con la esencia de la tierra.
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