Esta reijù (sintonización) es la parte más importante de las
enseñanzas REI (energía universal) y al ser practicado, lo que más cuidado y atención necesita. La Reijù nos pone en una posición espiritual, y por lo
tanto, tenemos que ser conciente de ello.
Esta postura nos permitie dar energía, no es
la técnica los más importante; sino la intención y el estado que uno tiene al
practicarlo, porque si no, uno no está dando reijù para
nada.
Al no tener símbolos, la técnica depende
directamente de nuestra propia práctica, de nuestra propia atención, el
objetivo fundamental de la reijù, es reconectarnos al auténtico ser de cada
uno, a nosotros y al que lo recibe.
La Reijù no se hace para algo, no es una técnica
para que se le cure una determinada dolencia al receptor, sino que es una técnica para limpiar,
desbloquear meridianos y para purificación. Entonces por medio de ésta conexión, que
vamos a lograr entre la persona, su propio centro y la energía universal, vamos a estar dándole la posibilidad de sananción más importante
de su vida.
De ahí surge que tenemos que estar en un estado
de plena compasión, en un estado muy bueno. Por eso es que la preparación se
dice que debe ser importante, desarrollada y conciente.
Uno debe estar en su centro, tiene que estar
actuando compasivamente y no tiene que haber ningún pensamiento como por ejemplo: lo que tenemos que pagar, etc. Eso es una
responsabilidad de uno antes de la práctica.
Lo más importante es que cada persona va
a vivenciar cosas distintas, porque cada uno va a recibir lo que necesite en
ese momento. La energía inunda el cuerpo y hace lo que tiene que hacer, es una
técnica desapegada, que ayuda al máximo a la otra persona,
porque no necesitamos pensar en lo que necesita, que tal vez no necesite lo que
nosotros pensamos.
La reijù la activamos con dos alternativas:
a) Kenyoku en uno mismo (el lugar debe estar
armònico).
b) Manos encimadas en nuestro hara y recitar el
jumòn master, hasta que sintamos que ya está (las manos en el
hara son para más atención).
Vamos a Gassho y damos Reijù.
Este tipo de técnica es más fuerte que hacer todas las posiciones de las manos, uno hace las 15
posiciones de las manos y no llega ni a la mitad del efecto de esto, porque al hacer las posiciones de las manos sentimos que
estamos haciendo algo, en
cambio acá (Reijú) estás quieto y no sabes que está sucediendo, pero están sucediendo
cosas maravillosas en las personas.
Mayor purificación que la que puedo obtener con
ésta técnica, no la va a obtener la persona con ninguna práctica de Reiki y con
ningún símbolo (los símbolos siempre están cargados con intencionalidad),
acá al estar desapegado totalmente, no hay posibilidad de interferencias, por
lo tanto le estás dando Reiki puro; por eso en algún momento vienen las REIJA (olas de rei).
La REIJA activa todos los canales de energía; hasta el
último, revitalizando todos los órganos y realizando una purificación espiritual; no hay técnica que la supere, porque no hay que luchar contra nada,
sino simplemente poner a la persona en conexión con la energía mayor, lo
que estamos haciendo es dando de la energía Universal.
Después de esto podemos hacer posiciones
puntuales de las manos, para nosotros si queremos, lo podemos hacer acostados
porque nos va a resultar más cómodo.
Siempre hay que tener en cuenta algo muy
importante: el gesto de tocar el índice y el pulgar deben quedar hacia abajo,
en el caso que estemos acostados siempre apuntando al lóbulo de la oreja (los
dos dedos se unen en el punto donde se engancharía un aro).
Esta es una de las
técnicas mas puras de Reiki y puede practicarse a diario, recitando los principios Reiki.